Este informe aprovecha las convincentes observaciones del profesor Isaac Saney, ex copresidente de la Red Canadiense sobre Cuba y coordinador de la Universidad de Dalhousie para Estudios de la Diáspora Negra y Africana.
Cientos de cubanos se manifestaron pacíficamente en Santiago de Cuba y otras ciudades de la isla el 17 de marzo. Presentadas en algunos medios corporativos estadounidenses como protestas “antigubernamentales”, las manifestaciones se centraron en cortes de energía eléctrica y escasez de alimentos.
Las protestas reaccionaban a una acumulación de grandes dificultades económicas que han atacado tanto a los cubanos como a su gobierno durante décadas.
Cuba se encuentra en medio de una aguda crisis económica. La creciente inflación está golpeando a la economía, que se contrajo casi un 2% el año pasado. Los precios del combustible aumentaron más de un 500% sólo este mes, mientras que las tarifas de electricidad subieron un 25%.
Las exportaciones para 2023 estuvieron muy por debajo de las predicciones, la producción de alimentos fue menor que en 2022 y los ingresos por turismo solo se han recuperado al 69% de los niveles anteriores a la COVID. La escasez de combustible y otros suministros –en gran parte debido al bloqueo estadounidense– continúa obstaculizando la producción en la mayoría de los sectores.
Las terribles circunstancias están provocando un éxodo masivo de cubanos; 425.000 inmigrantes llegaron a Estados Unidos en 2022 y 2023. Entre los que se marchan se encuentran el 9% de los trabajadores sanitarios de Cuba y miles de educadores. Estas salidas han agravado aún más la situación económica.
En respuesta a las manifestaciones del domingo, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, señaló en las redes sociales que “los enemigos de la Revolución están tratando de aprovechar un contexto [de escasez] con fines desestabilizadores”. Señaló: “En las últimas horas hemos visto cómo terroristas radicados en Estados Unidos… están fomentando acciones contra el orden interno del país”.
El 18 de marzo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba convocó al encargado de negocios de Estados Unidos, Benjamín Ziff (no ha habido ningún embajador de Estados Unidos en Cuba desde 1960), donde recibió una nota formal de protesta que se refería a “comportamiento intervencionista y mensajes difamatorios por parte del gobierno de Estados Unidos y su embajada”. .”
Al comunicar la urgencia de la situación, Díaz-Canel explicó que el enfoque de su gobierno sería “atender los reclamos de nuestro pueblo, escuchar, dialogar, explicar los numerosos esfuerzos que se están realizando para mejorar la situación, siempre en un ambiente de tranquilidad y paz”.
La situación de Cuba está evolucionando. Es evidente que las próximas reacciones del gobierno de Cuba, de la comunidad de solidaridad internacional y de los propios cubanos se desarrollarán de acuerdo con imperativos económicos e históricos que de ninguna manera son nuevos.
Para obtener información, recurrimos al análisis de Isaac Saney que se publicó el 18 de marzo. A continuación se presentan extractos:
Los acontecimientos recientes en Cuba ilustran cuán intensas son las presiones imperiales sobre la nación insular. Siempre vale la pena subrayar que todo esfuerzo por desafiar el dictado del imperialismo y construir una nueva sociedad se ha enfrentado a una desestabilización y un sabotaje implacables por parte de Occidente: desde la Revolución haitiana hasta numerosos proyectos de liberación nacional en África, Asia y América Latina. …
No hay duda de que Washington no escatimará esfuerzos para manipular la situación actual en Cuba mediante el uso de diversas redes sociales y plataformas digitales para desestabilizar aún más la situación. Además, recientemente se reveló que las agencias de inteligencia estadounidenses han estado interviniendo directamente en la economía cubana para inflar artificialmente los precios, estimular la inflación y provocar una mayor escasez de bienes ya escasos.
Cuba ha enfrentado —y enfrenta— el asedio económico más largo de la historia por parte de la potencia imperial militar y económica más poderosa que jamás haya existido. Al igual que la Revolución haitiana, la Revolución cubana es un ejemplo imperdonable que debe ser destruido. La estrategia general de Washington apunta a negar y erradicar el derecho de Cuba a la autodeterminación, la soberanía y la independencia.
El imperio nunca ha aceptado el veredicto del pueblo cubano. Ha librado una guerra económica incesante y una campaña de desestabilización destinada a restaurar la dominación y la tutela del imperialismo estadounidense.
Cuba ha repelido repetidamente el incesante asalto militar, económico, financiero y propagandístico del imperialismo estadounidense.
Desde el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, Estados Unidos ha llevado a cabo implacablemente un ataque constante contra el pueblo cubano, empleando medidas tanto militares como económicas, incluida la orquestación de invasiones, asesinatos y ataques terroristas contra civiles, además de participar en un sabotaje económico sistemático. . …
El siniestro objetivo es obligar al pueblo cubano a someterse estrangulando la economía, creando escasez, penurias y exacerbando las desigualdades sociales, precisamente los problemas que la Revolución Cubana ha trabajado incansablemente para eliminar. Esta estrategia busca instigar un malestar social masivo que luego serviría como pretexto para la intervención estadounidense.
…La guerra económica de Estados Unidos contra Cuba se extiende más allá de las fronteras de Estados Unidos y afecta a empresas de otros países que participan o buscan comerciar con Cuba. Se presenta como el principal impedimento para el progreso social y económico de Cuba, representa una flagrante violación de los derechos humanos del pueblo cubano y le cuesta a la nación insular más de 1 billón de dólares estadounidenses, lo que subraya sus efectos profundos y perjudiciales.
Un testimonio conmovedor de la criminalidad e inmoralidad del bloqueo económico de Estados Unidos fue la votación de las Naciones Unidas del 2 de noviembre de 2023, cuando por 31ª vez, con una votación de 187 a 2, la comunidad internacional rechazó y condenó rotundamente la guerra económica de Washington contra Cuba.
Cuba enfrenta desafíos importantes (y que, para muchos, pueden parecer abrumadores). Sin embargo, el pueblo cubano se ha mostrado reiteradamente capaz de afrontar los desafíos que asume.
Comments