CIUDAD DE GAZA (AP) — Miles de palestinos protestaron a lo largo de la frontera con Israel el lunes, provocando los disparos del Ejército israelí que causaron la muerte de al menos 41 personas en Gaza mientras las autoridades israelíes se preparaban para inaugurar la nueva embajada de Estados Unidos en la disputada Jerusalén.
Fue el día más sangriento de protestas desde que los palestinos comenzaron a realizar manifestaciones en la frontera cada semana desde el 30 de marzo para intentar romper con el bloqueo de Israel y Egipto. Los manifestantes incendiaron llantas, las cuales produjeron gruesas columnas de humo negro. El Ejército israelí acusó a los manifestantes de intentar irrumpir en la valla fronteriza y de colocar una bomba, agregando que los efectivos habían sido atacados.
Para el mediodía, al menos 772 personas resultaron heridas por fuego israelí, incluyendo 86 de gravedad, según funcionarios médicos palestinos.
En Cisjordania, varios miles de personas se dieron cita en el centro de Ramala, y cientos marcharon hacia el paso fronterizo de Qalandiya, en las afueras de Jerusalén, donde los manifestantes arrojaron piedras a las tropas israelíes.
La manifestación en Gaza será el mayor enfrentamiento de las últimas semanas entre el ejército israelí y Hamas, el grupo que controla el territorio, junto a la volátil frontera. El acto sirve además para protestar contra la inauguración de la nueva embajada de Estados Unidos en Jerusalén más tarde en el día. El traslado de la misión diplomática desde Tel Aviv ha enfurecido a los palestinos, que consideran a Jerusalén Este, una zona anexionada por Israel, como la capital de su futuro estado.
“Un gran día para Israel”, tuiteó el presidente Donald Trump el lunes por la mañana.
El lunes se desató el enfrentamiento más grande de las últimas semanas entre el Ejército israelí y los dirigentes de Hamas en la Franja de Gaza a lo largo de la volátil frontera.
Es la culminación de la campaña liderada por el grupo insurgente, y alimentada por la desesperación de los dos millones de residentes, para acabar con el bloqueo decretado Israel y Egipto hace una década.
Desde el inicio de las protestas a finales de marzo, al menos 80 palestinos han muerto y más de 2.300 han resultado heridos por fuego israelí.
Los líderes de Hamas sugirieron que el lunes podría producirse un cruce fronterizo, e Israel advirtió que lo evitará a cualquier costo.
En las ciudades sureñas de Khan Younis y Rafah fueron donde se registraron más víctimas. Las fuerzas militares israelíes dispararon gas lacrimógeno para dispersar a las multitudes y el sonido de fuertes disparos se podía percibir. Las sirenas sonaban constantemente mientras los heridos eran evacuados en camillas a ambulancias cercanas. Grupos de jóvenes activistas se acercaron varias veces a la valla fronteriza, pero fueron dispersados rápidamente con disparos y gas lacrimógeno.
El coronel teniente Jonathan Conricus, un portavoz del Ejército israelí, dijo que las fuerzas militares habían reforzado sus líneas a lo largo de la frontera y señaló que también habían implementado “capas” adicionales de seguridad en las comunidades cercanas para defender a los civiles israelíes en caso de ser necesario.
Agregó que ya había habido varios “intentos significativos” para violar la valla.
“Incluso si infringen la valla, podemos proteger a los civiles israelíes de intentos de masacrarlos o secuestrarlos o matarlos”, indicó.
El momento en el que los eventos ocurrieron fue profundamente simbólico, tanto para Israel como para los palestinos.
Estados Unidos expresó que eligió ese día para inaugurar su embajada para que coincidiera con el 70 aniversario de la fundación de Israel.
Sin embargo, también se conmemora el 70 aniversario de lo que los palestinos llaman su “nakba”, o catástrofe, en referencia a los cientos de miles que huyeron o fueron expulsados de lo que ahora es Israel durante la guerra de 1948.
La mayoría de los dos millones de habitantes de Gaza son descendientes de refugiados, y las protestas fueron catalogadas como la “Gran marcha del retorno”.
Fares Akram y Ilan Ben-Zion informó desde Jerusalén. Mohammed Daraghmeh en Ramala, Cisjordania, y Karin Laub en Amán, Jordania, contribuyeron a este despacho.
Comments