NUEVA YORK (AP) — El Desfile Puertorriqueño de Nueva York transcurrió el domingo como una alegre celebración, como es habitual, pero muchos de los asistentes también aprovecharon la oportunidad para expresar sus preocupaciones por la devastación ocasionada por el huracán María en la isla.
A lo largo de la ruta del desfile en el corazón de Manhattan, la gente sostuvo letreros con mensajes como “Nueva York está con Puerto Rico”, “No serán olvidados” y “Descolonicen Puerto Rico”. Muchos también ondearon banderas puertorriqueñas y bailaron a su paso por la Quinta Avenida.
En el evento se recordó a aquellas personas que continúan padeciendo la situación que se vive en Puerto Rico, lo que “hace que hoy sea importante pero también agridulce”, dijo Nora Ortiz.
Ortiz, de 53 años y de Brooklyn, junto con otros asistentes al desfile manifestaron su disgusto por un informe que reveló que la cifra de muertos en Puerto Rico por el huracán fue mayor y de la indiferente respuesta de emergencia por parte del gobierno del presidente Donald Trump.
Un estudio reciente de la Universidad de Harvard estimó que hubo 4.600 muertes más de lo habitual en los tres meses después del paso del huracán María en la isla, aunque algunos expertos cuestionaron los métodos y el número reportado en el estudio. La cifra oficial de muertos es de 64.
“Somos parte de Estados Unidos. Somos estadounidenses y creo que vine a representar el hecho de que nadie quiere admitir que se perdieron casi 5.000 vidas en el huracán María”, indicó Ortiz.
Julio Pabón encabezó un grupo de manifestantes que coreaban “Respeto a Puerto Rico” mientras pasaban frente a la Torre Trump. También ondearon banderas.
“María desenmascaró que somos una colonia”, dijo Pabón, de 66 años y quien vive en el Bronx. “Estoy cansado de la forma en la que mi isla ha sido tratada”.
El gobernador neoyorquino Andrew Cuomo y la senadora Kirsten Gillibrand estuvieron entre los políticos que asistieron al evento. Cuomo ha sido un promotor directo de la necesidad de ayudar a Puerto Rico tras el huracán ocurrido en septiembre del año pasado.
También en el desfile se encontraba un contingente conformado por puertorriqueños desplazados.
El desfile del año pasado fue controversial porque los organizadores decidieron reconocer a Oscar López Rivera, un exintegrante de un grupo militante responsable de una serie de ataques. Ello provocó que algunos patrocinadores retiraran su apoyo y que algunos políticos, incluido Cuomo, se negaran a participar.
Antes del desfile, el presidente del distrito del Bronx, Rubén Díaz Jr., dijo que se necesitaba tener un tono político en el evento. Él y un grupo con el que iba a marchar, iban a portar camisetas negras para reflejar el número de muertos calculado por Harvard.
“Sería una oportunidad perdida este domingo… si no mostramos un acto de solidaridad, un acto de protesta, un acto de oposición”, indicó Díaz y agregó que era para “que el mundo sepa que todavía tenemos un presidente y un Congreso que no ha hecho las cosas bien para 3,5 millones de estadounidenses”.
Rebecca Gibian y Deepti Hajela contribuyeron a este artículo.
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