Para hacer mis reseñas de obras teatrales, casi siempre voy al teatro. Ésta no la vi, sino que la leí.
Aunque mi dominio del español es bastante bueno, me apresuro a decir que es formal y académico, ya que lo aprendí en la Universidad. Yo leí la traducción de Círculo vicioso, la obra sumamente coloquial de José Agustín en un inglés excelente, moderno y picaresco llevado a cabo por Eric W. Vogt y publicado en 2017 por University Press of the South, en una edición de formato bilingüe, es decir, con el inglés y el español en páginas opuestas. Mientras iba leyéndola y examinándola al cotejar el texto original con el del inglés, tenía que admitirme que si no hubiera sido por la traducción que la acompañaba, no habría entendido ni un carajo de lo que se decían los personajes.
Nacido en 1944, y ahora de 75 años de edad, Agustín llamó la atención del público lector al salir su novela La tumba, la cual algunos críticos juzgaron de indecente, aunque laudada por otros del gremio. Agustín se valía del lenguaje lépero y callejero, salpicado de vigas, argot y palabrotas que caracterizaban el habla de la juventud en los años revoltosos de la década de los setenta del pasado siglo. Agustín empleaba la técnica del monólogo interior y era uno de los máximos intérpretes del movimiento ondero, el cual producía la literatura más contemporánea y de moda en el México de aquel entonces.
Después de varios éxitos controversiales al comienzo de su carrera, sobre todo el de Círculo vicioso, censurado en 1972, ganó el Premio Nacional Juan Ruíz de Alarcón en 1974 y un Guggenheim Fellowship en 1977. En 2011, fue galardoneado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la área de Lingüística y Literatura.
Círculo vicioso fue su única obra teatral. Entre sus muchas novelas y varios libros no ficticiosos, destaca la serie monumental Tragicomedia mexicana: La vida en México, publicada en tres tomos: 1940-1970, 1970-1982 y 1982-1994.
La acción de Círculo vicioso tiene lugar en la infame cárcel de Lecumberri en México, D.F. El elenco es todo de hombres y consta de cuatro personajes nombrados: Héctor, Beto, Raúl y Gómez, junto con un Preso en Piyamas, un Mayor, un Abogado, un Loco, un Fajinero y otros agregados: presos, guardias y policías. Los cuatro jóvenes son traficantes de poca monta en el mundo del narcotráfico desenfrenado de esa época, quienes han sido agarrados por tenencia de marijuana con probable intento de tráfico. El drama se enfoca en las condiciones de la cárcel, las probabilidades de que los pongan en libertad, cuánto esto va a costarles y a cuál de los cuatro le habrá de tocar el echarse la culpa por todo para que los otros tres puedan quedar libres.
El lenguaje de la obra es extremadamente brutal y obsceno, tal y como ha de ser a fin de reflejar con acierto lo personajes, su situación y el tema. Irónicamente, fueron éstos los aspectos de la obra lo que le despertó el interés de Vogt como traductor. Vogt obtuvo su doctorado en el drama y la poesía del Siglo de Oro español y, por consiguiente, concentraba sus investigaciones y publicaciones en obras producidas en los siglos 16 y 17. Aceptó la labor de traducir Círculo vicioso como un reto a sus talentos, comprometiéndose a entender cada aspecto del argot del original para así verter la obra en inglés de manera equiparable, comprensible y natural (aun cuando obsceno).
Lo que hace que esta traducción sea esencial y crítica es la utilidad y lo informativo de los varios aparatos editoriales incluidos en este libro de 133 páginas. Como señala Vogt, ésta es una obra que ilumina el lenguaje tal y como se habla y no sólo para la erudición de estudiantes de literatura y los especialistas, sino también para activistas comunitarios, consejeros, personal médico, traductores e intérpretes en lugares tales como los tribunales y las cárceles.
Como observa el escritor Alain Saint-Saëns en el Prólogo: “De manera pointilliste, el dramaturgo mexicano construye un rompecabezas triste para representar la sociedad de su país en los años setenta del pasado siglo, donde los políticos y los policías abusan a los ciudadanos comunes; los abogados y los jueces son totalmente corruptos; los narcotraficantes son los que realmente deciden; el dinero compra muerte o libertad.” Si el mundo dentro de la cárcel Lecumberri parece reflejar la realidad del mundo de afuera como en un espejo, esta semejanza es enteramente intencional. Según observa Gómez: “Afuera es igual que aquí, nada más que con coches.”
Después del Prólogo, se encuentra el Prefacio del traductor, el cual explica la génesis de esta traducción, con un bosquejo informativo sobre la vida del traductor y las dificultades particulares que acarrea la labor de rendir en otro idioma el lenguaje burlesco del vulgo plasmado en el español original. Luego, sigue una Introducción crítica, el la cual se revela que la descripción de Lecumberri está fundada en la experiencia que vivió José Agustín en carne propia, habiendo sido preso allí desde diciembre de 1970 hasta julio de 1971. Vogt explica quiénes son los personajes y a quiénes representan. Además, relata cómo el drama ha sido suprimido. Ahora, con la presencia del gobierno de MORENA del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), puede que el campo esté listo para volver a visitar con éxito esta obra importante. Ya que los asuntos puestos en escena son, de por si, tan parecidos a los que se encuentran en otros países también, el drama podría estrenarse en casi cualquier lugar del planeta, inclusive ante públicos de habla inglesa.
Muy inesperadamente—pero con cuánto acierto—Vogt también proporciona una Bibliografía anotada selecta para orientar tanto a alumnos como a lectores y académicos deseosos de darle seguimiento a otros proyectos parecidos, sobre todo con miras a la posibilidad de traducir otras obras por autores onderos. Dicha Bibliografía se presenta en cuatro secciones. Comienza con un repaso de la Crítica literaria sobre las obras de José Agustín; luego, cubre estudios teóricos y prácticos sobre la traducción; seguida por una sección sobre el narcotráfico y sus contextos sociopolíticos, y termina con una sección sobre diccionarios y obras de consulta sobre cuestiones estilísticos y de uso.
Es evidente que Vogt se ha valido de su experiencia académica para brindarnos este acervo de recursos y una guía para los interesados; y tengo que decir que estos apéndices constituyen una contribución monumental que jamás se ve en una publicación de una obra dramática, ni siquiera en las ediciones bilingües.
En seguida viene la obra, como ya he descrito, con el texto en español a la izquierda y el del inglés a la derecha en cada una de las páginas opuestas, de modo que resulta fácil para cualquier lector comparar el original con la viveza e imaginación de la traducción realizada por Vogt, una que es a la vez muy apta para representar en un teatro. Tal fue mi experiencia como lector que, al leer casi cada página, estaba agradecido cuando echaba una mirada al español sólo para darme cuenta una y otra vez que sin la ayuda de Vogt, jamás habría podido comprenderla.
Al final, hay una breve sección de Notas al drama, en las cuales Vogt nos ofrece observaciones valiosas sobre puntos específicos del texto y así mejora y aclara nuestra comprensión. Entonces sigue un Glosario que contiene palabras que son invenciones del argot o del argot desconocido por el lector común. En este glosario, aprendí unos términos gramaticales nuevos, como por ejemplo “apócope,” que se refiere al fenómeno de abreviar una palabra al cortar una sílaba del principio o del final de ella, como ’manito, una forma abreviada del diminutivo de hermano, o sea hermanito. (De igual manera, en inglés a veces se oye decir ’puter por computer o ’bot por robot.) En muchos casos, al ofrecer equivalentes en el argot de otros países como España o Cuba o el Perú, Vogt nos provee lo que es casi un tesoro léxico de palabras que se refieren al mismo concepto, como las que se refieren a la marijuana o el dinero.
La última página es una breve nota biográfica sobre este editor-traductor, la cual nos hace saber qué tan fascinante ha sido la carrera de Eric W. Vogt, sostenido por él por tantas décadas, durante las cuales ha abarcado no sólo varios siglos de géneros literarios, sino también obras poéticas (The Complete Poetry of St. Teresa of Avila, por ejemplo) y hasta la publicación de manuscritos musicales por el compositor carmelita español del siglo 17, Cristóbal Galán. No cabe duda—¡Vogt es un verdadero hombre renascentista!
Esta obra es la suma de varias décadas de labor, ya que Vogt la comenzó en 1982 cuando era estudiante graduado en la Universidad de Missouri-Columbia. La obra ha reposado y crecido hasta madurarse en una gran e impresionante contribución, no sólo a la investigación literaria sino también a los estudios significativos de la cultura de la clase obrera.
Eric A. Gordon es autor de una biografía del compositor radical estadounidense Marc Blitzstein, co-autor de la autobiografía del compositor Earl Robinson, y traductor (del portugués) de una memoria por la autora brasileña Hadasa Cytrynowicz. Se doctoró en historia en la Universidad de Tulane (Nueva Orleans, La.). Fue dos veces jefe del capítulo de la National Writers Union del Sur de California, Local 1981 UAW (AFL-CIO), y fue director de Workers Circle/Arbeter Ring Southern California District. En 2015, produjo City of the Future, un CD de canciones en idioma yidich de la Unión Soviética por Samuel Polonski.
Traducción por Jacques Lapere.
‘Vicious Circle,’ Mexican writer José Agustín’s 1972 play in brilliant translation
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