Recientemente celebramos el Día Internacional de la Diversidad Biológica, creado con el propósito de aumentar el conocimiento y concientizar sobre la importancia de la biodiversidad. Este concepto está intrínsecamente ligado a la necesidad de preservar las diferentes especies y ecosistemas para futuras generaciones. Fue parte de la gran Cumbre del Planeta Tierra en Río de Janeiro en 1992, donde se establecieron también procesos importantísimos como la Convención Marco de Cambio Climático y la Convención para Combatir la Desertificación.
Este es un buen momento para reflexionar sobre la biodiversidad en Puerto Rico, tanto en nuestra isla, como en el mar que nos rodea. De nada nos sirve que hagamos alarde de lo orgulloso que nos hace el canto del coquí o la cotorra puertorriqueña, si atacamos los ecosistemas donde habitan y se reproducen. O si la erosión de nuestras costas o la contaminación contribuyen con destruir los arrecifes de coral o los bosques de mangle, hogar de la mayor biodiversidad marina.
Como con casi todo, María afectó significativamente la biodiversidad en Puerto Rico. Pero la naturaleza ha probado ser mucho más resiliente que los humanos y eventos como este pueden tener efectos mixtos. O sea, no hay duda que el Yunque se recuperará. El problema realmente son las áreas que hemos impactado los humanos, los que tienen un efecto mucho más devastador sobre la biodiversidad en la isla. Por eso es importante proteger ecosistemas para asegurar conservar parte de esta biodiversidad, incluyendo los servicios ecológicos que proveen a la sociedad humana. En este aspecto, las áreas costeras protegidas cumplen una función vital, particularmente para el manejo de las inundaciones y la erosión en nuestra Isla.
Después de este evento tan traumático, se dio a conocer la intención de mercadear y poner en venta
los islotes de Icacos y Cayo Ratones, baluartes de la biodiversidad costera. Aunque el gobernador desmintió esto en Twitter, el portal cibernético del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio informa que todavía muchas de estas áreas, tales como la Reserva Natural del Corredor Ecológico del Noreste (CEN), continúan disponibles bajo la misma categoría en la que se promocionan estructuras dilapidadas en parques industriales propiedad de la Compañía de Fomento Industrial.
Esta inconsistencia de las palabras del gobernador con las acciones de la agencia, no solo es una amenaza para la biodiversidad de nuestra isla, sino que va en contra de una política clara para los inversionistas, los cuales no tienen información precisa sobre limitaciones en los activos de posible interés. Curiosamente, en el caso del CEN, se informa que está servido por el antiguo aeropuerto deFajardo y por una planta de tratamiento, ambos fuera de servicio desde hace más de 8 años.
Esto abre a malinterpretaciones, donde luego hay protestas o inversiones que no cumplen con lo estipulado, dando espacio a la corrupción por parte de desarrolladores o inversionistas “bien conecta’os”.
¿Cuando el gobierno aprenderá que lo más fácil es ser transparente y hacer partícipes a las comunidades aledañas, postulado esencial del “ecoturismo”? Estos postulados fueron creados, específicamente para asegurar la biodiversidad que deberíamos todos celebrar el día de hoy.
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