Cientos de miles de cubanos marcharon el 20 de diciembre por el emblemático Malecón de La Habana frente al Estrecho de la Florida. (Vea fotos y video aquí.) El presidente Miguel Díaz-Canel y el expresidente Raúl Castro encabezaron una protesta masiva contra los crecientes esfuerzos de Estados Unidos para empobrecer a los cubanos y derrocar a su gobierno socialista.
Ese mismo día, Díaz-Canel se dirigió a la sesión de clausura de la Asamblea Nacional de Cuba de 2024. Aconsejó:
“Marcharemos hacia la embajada norteamericana. Nos fortalece nuestra unidad, nuestra independencia y nuestro socialismo… Marchamos para exigir el fin del bloqueo y para que ya no se nos etiquete, de manera espuria y absurda, como una nación patrocinadora del terrorismo… Con la historia acompañándonos y con gente que amamos, el único camino para nosotros es, como siempre, luchar hasta ganar”.
Díaz-Canel denunció las “intenciones muy agresivas hacia Cuba” de la administración entrante de Trump. También condenó a la administración Biden por negarse a aliviar la agresión económica contra Cuba, especialmente “durante la pandemia de COVID y después de los desastres naturales”.
Díaz-Canel habló de héroes: los luchadores por la independencia de Cuba en el siglo XIX, los héroes de hoy “de todos los colores y edades… nuestros niños… sus maestros… nuestros trabajadores… nuestros médicos, enfermeras y científicos… [y] nuestros jóvenes que son el alma de nuestra patria”.
Estos héroes, afirmó, “no creen en la derrota… [ni de] la guerra y la muerte que nos infligió el imperio… [ni] de los huracanes y los terremotos”.
Horas después, de pie en la “Tarima Antiimperialista José Martí” ubicada frente a la Embajada de Estados Unidos, Díaz-Canel habló a la multitud que se preparaba para marchar.
“La actual administración norteamericana”, insistió, “…no ha hecho nada para dar marcha atrás en el bloqueo reforzado y la asfixia económica de Cuba, que quedó como legado de la administración republicana que regresará a la Oficina Oval en enero”.
Debido a los impedimentos de Estados Unidos al comercio internacional y las transacciones financieras de Cuba, a los cubanos “se les niegan alimentos, medicinas, combustible, bienes, suministros y mercancías esenciales para su supervivencia”. Cuba carece de “las divisas que son esenciales para desarrollar y financiar nuestro proyecto de justicia social”, dijo el presidente.
Denunció que “ahora se están entrenando paramilitares en el sur de la Florida para organizar, financiar y promover acciones terroristas” contra Cuba.
Díaz-Canel advirtió que “si Estados Unidos persiste en su empeño de quebrantar nuestra soberanía, nuestra independencia, nuestro socialismo, solo encontrará rebeldía e intransigencia…
“Con esta concentración y esta marcha de combatientes se desvanece su intento de utilizar un garrote contra la dignidad de nuestro pueblo… ¡Contra el imperialismo norteamericano y su pretensión de imponerse en Cuba por la fuerza o la seducción, marcharemos ahora y siempre! Marchamos para decirle al Gobierno norteamericano: ¡Dejen vivir en paz al pueblo cubano!”
La marcha personificó la combatividad. La importancia crucial de ese atributo quedó clara con la oportuna aparición el 16 de diciembre de un informe sobre la generación de electricidad en Cuba. Según resumenlatinoamericano.org:
“La destrucción del sistema eléctrico cubano, que los estrategas norteamericanos consideran la principal vulnerabilidad de la Revolución, es una prioridad máxima para la CIA. Han asignado fondos sustanciales”.
El informe indica que el sabotaje que se incrementará durante los próximos meses agravará el impacto de las discapacidades financieras crónicas y la escasez de piezas de repuesto derivadas del bloqueo económico.
El 20 de diciembre se realizaron manifestaciones y concentraciones contra el bloqueo no sólo en La Habana sino también en ciudades de toda la isla. Cienfuegos organizó una “cantata contra el bloqueo”. En Santiago de Cuba, el médico policlínico Suniel Johnson Valenciano dijo a los oyentes que Ernesto, un niño bajo su cuidado diagnosticado con atrofia muscular espinal infantil, necesita el medicamento nusinersen para prolongar su vida. Debido al bloqueo, la productora, la estadounidense Biogen Corporation, no lo envía.
En la misma concentración, Yamayli Almenares, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria de la Universidad de Oriente, informó que el 20 de diciembre representó el 102 aniversario de la fundación de esa organización. Los miembros estudiantiles han estado desde hace mucho tiempo “listos y en la primera fila del combate, siempre mambises (guerrilleros cubanos por la independencia), rebeldes y revolucionarios”. Para los estudiantes, el bloqueo estadounidense “actúa como una fuerza que tiende a cortar [nuestras] aspiraciones y oportunidades”.
Antes de la marcha, organizaciones amigas de Cuba en todo el mundo enviaron mensajes de solidaridad. Entre ellos, declaraciones de Argentina, Japón, Fort Lauderdale, Florida, Estados Unidos y Nueva York. Lauderdale, Florida, y del Foro de São Paulo, Brasil, y del Partido Comunista de Estados Unidos.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, tomó nota de la marcha al tiempo que condenó el bloqueo estadounidense y elogió el envío de ayuda humanitaria de Colombia a Cuba.
El 29 de diciembre, unos días después de las marchas multitudinarias, la República Popular China envió una gran donación de piezas y accesorios esenciales para generadores de energía con el fin de ayudar a fortalecer la red eléctrica de Cuba.
El envío de 69 toneladas fue parte de un acuerdo concluido entre Díaz-Canel y el presidente chino Xi Jinping enfocado en restaurar aproximadamente 400 megavatios de energía en más de 70 plantas de diésel y fueloil en toda Cuba.
Esta primera entrega reactivará 38 generadores, suficientes para abastecer aproximadamente a 53.000 hogares en Cuba.
La Cuba socialista sirve como modelo mundial por sus logros en atención médica, educación y solidaridad con otros pueblos. Pero, habiendo resistido al imperialismo estadounidense y su bloqueo anticubano durante más de seis décadas, Cuba también es un modelo de resistencia.
De cara al futuro, los jóvenes ven un mundo en apuros. Observan que el sistema capitalista mundial dominado por Estados Unidos coexiste con demasiada facilidad con la perspectiva de desigualdades desenfrenadas, colapso ambiental y empeoramiento de las guerras. Para ellos, el mensaje de Cuba de seguir luchando siempre y no ceder nunca tiene un gran atractivo.
El mensaje de solidaridad enviado por la Liga de Jóvenes Comunistas de Estados Unidos con motivo de la marcha reflejó esa contribución especial. Estos extractos lo demuestran:
“…Para los jóvenes estadounidenses desilusionados con una economía construida para la guerra y las ganancias y un sistema arraigado en el racismo, el sexismo y la explotación, Cuba representa un camino alternativo. Nos comprometemos a movilizar a las masas de jóvenes antiimperialistas para exigir el fin inmediato del bloqueo y la eliminación de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo… [Está] claro quiénes son los verdaderos patrocinadores del terrorismo. Cuba, en cambio, ha demostrado al mundo cómo pueden ser la paz y la justicia, incluso bajo una inmensa presión. A nuestros camaradas cubanos, les expresamos nuestra solidaridad. Juntos lucharemos para poner fin al bloqueo genocida y fomentar relaciones pacíficas y de cooperación entre todas las naciones”.
W.T. Whitney Jr. es un periodista político que se centra en América Latina, la atención sanitaria y el antirracismo. Activista en solidaridad con Cuba, trabajó como pediatra y vive en la zona rural de Maine.
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