Esta locura de querer acabar con los lobos en varios estados, no es más que una cruel masacre sin sentido, al no permitirle a los científicos o ambientalistas dar su opinión para controlar la población de lobos en el país.
Legisladores y políticos prefieren la vía rápida de permitir la matanza de estos importantes e inteligentes depredadores, en el tope de la cadena natural, que buscarle soluciones inteligentes basadas en la ciencia, para que estos animales, puedan sobrevivir y convivir en su medio natural. Y es que es más importante para ellos complacer a ganaderos y cazadores que comprender el importante rol que juegan los lobos en la preservación del ambiente y el control de otras especies.
Ya ocurrió anteriormente, el lobo gris fue prácticamente extinguido a mediados del siglo XX en todo el país, debido a la falta de protección y la caza indiscriminada, por deporte, o por su piel, y en ocasiones para proteger al ganado, solo siendo salvado por la actitud firme de unas cuantas personas que lograron que fuese aprobada una legislación que lo calificó de especie en peligro de extinción en 1960.
En apenas un siglo, más de 2 millones de lobos fueron exterminados.
Unos pocos lobos apenas sobrevivieron en el Parque Nacional Isle Royale de Michigan y parte de Minnesota.
Tras recibir protección federal, los lobos grises lograron recuperarse con gran éxito en la región occidental de los Grandes Lagos. Sus poblaciones crecieron y se extendieron por Wisconsin y Michigan. A través de la migración natural desde Canadá y la reintroducción al Parque Nacional Yellowstone y al centro de Idaho, los lobos regresaron a las Montañas Rocosas del norte y están estableciendo un punto de apoyo en los estados de la costa oeste. Existen poblaciones en recuperación en Idaho, Montana, Wyoming, Washington y Oregón, y algunos lobos han llegado ya a extenderse hasta California.
Esto suena muy prometedor, pero el trabajo de recuperación de los lobos está muy lejos de terminar y muy cerca de fracasar. Los lobos necesitan poblaciones conectadas para la sostenibilidad genética, y los ecosistemas naturales necesitan lobos para mantener un equilibrio saludable de especies. Sin embargo, hoy los lobos ocupan menos del 10% de su área de distribución histórica y continúan enfrentándose a la persecución.
El deterioro de las protecciones en vigor para el lobo se agravó en el 2020, durante la pasada administración, año en la que la Ley de Especies en Peligro de Extinción, la ley más efectiva de nuestra nación para proteger la vida silvestre amenazada, fue literalmente “demolida” y debilitada en su alcance, para permitir a las corporaciones interesadas en desarrollar proyectos en lugares donde hay especies en extinción, poder saltarse las restricciones legales y burlar la ley.
Durante la pasada administración los lobos grises fueron literalmente sacados de la lista de animales en peligro de extinción.
Desde que comenzó el año, varios estados han pasado leyes que aprueban la caza de lobos casi sin límites. Desde Wisconsin, donde los cazadores mataron al 20% de su población de lobos en apenas 60 horas, a Montana, donde una serie de proyectos de ley están en camino para casi acabar con la población de lobos que alguna vez se estaba recuperando, y luego Idaho, que aprobó un proyecto de ley que amenazaría a 90 % de su población de lobos.
Hay aspectos, por ejemplo, de la ley aprobada en Idaho que permitiría a los cazadores atropellar a los lobos con vehículos motorizados y cazar en la oscuridad utilizando equipo de visión nocturna. También ampliaría la temporada de captura en propiedad privada durante todo el año, incluso durante la temporada de reproducción, y permitiría a los cazadores atrapar o disparar a tantos animales como deseen en una sola etiqueta. La ley también permitiría a la Junta de Control de Predación de Lobos del estado contratar cazadores a sueldo privados para eliminar a los lobos, y aumentaría el presupuesto anual de la junta de $110,000 a $300,000.
Los proyectos de ley introducidos en Montana e Idaho incluso se extienden hasta bien entrada la temporada de reproducción, lo que significa que los cazadores probablemente matarán a muchas lobas preñadas. Como población de origen de lobos en otros estados del oeste, los lobos de Idaho son vitales para el éxito de la recuperación total en el oeste. Estas propuestas son pésimas y dan marcha atrás al trabajo realizado hace décadas para recuperar las poblaciones de lobos en algunos de estos estados.
No podemos permitir que la historia se repita y logren exterminar una especie no solo ecológicamente vital para los ecosistemas, sino emblemática de los Estados Unidos.
Definitivamente, hay que actuar más rápido que las balas.
El Sierra Club deplora estas leyes arbitrarias y crueles sin tomar en cuenta a los expertos. No somos dueños de la naturaleza, somos parte de ella, y la única especie responsable y capaz de protegerla y preservarla.
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