NACIONES UNIDAS (Prensa Latina) — La misión de Venezuela en ONU envió recientemente una carta al secretario general, António Guterres, y otra al Consejo de Seguridad, y en ambas pide una respuesta ante la hostilidad de Estados Unidos contra el país sudamericano.
Aún están a la espera de esa respuesta, mientras aumentan las agresiones de Washington, no solo contra el Gobierno de Caracas, sino contra la población civil venezolana, los principales afectados con la nueva orden ejecutiva de Donald Trump.
En las misivas, la misión de Venezuela ofrece detalles de cómo impactan las medidas coercitivas unilaterales del ejecutivo norteamericano y sus amenazas del uso de la fuerza en la vida cotidiana de la nación bolivariana.
Según explicó el embajador venezolano, Samuel Moncada, el Consejo de Seguridad tiene la obligación de tomar medidas al respecto para impedir la violación del derecho internacional por parte de uno de sus miembros permanentes: Estados Unidos.
La administración de ese país norteño quiere obligar a la comunidad internacional a actuar según sean sus designios e intereses, denunció.
El secretario general de la ONU y el Consejo de Seguridad deberían hacer una condena pública de esas agresiones contra Venezuela por parte del Gobierno estadounidense, recalcó el diplomático.
No hay evidencias de que Venezuela amenace a la paz y la seguridad internacionales, como quiere hacer ver Washington, por el contrario, quien desestabiliza a la región es el Gobierno de Estados Unidos, que pretende fabricar nuevas excusas para invadir a mi país, destacó Moncada.
Aviones de las fuerzas estadounidenses violan el espacio aéreo venezolano, se amenaza con un cerco naval y además, Trump decretó un bloqueo económico total, detalló en conferencia de prensa. Por ello, insistió, el Consejo debería ejercer su poder para investigar tales violaciones que amenazan a la paz y la seguridad.
‘Es increíble que un miembro permanente del Consejo de Seguridad siga violando el derecho internacional de esa manera y continúe amenazando a mi país con el uso de la fuerza’, subrayó.
Venezuela no es una amenaza para nadie, recalcó Moncada. Además, a Estados Unidos realmente no le importa la situación humanitaria: dónde quedó aquella preocupación que dijeron tener por la población civil, se cuestionó.
Como su verdadero interés es el petróleo venezolano, usan las medidas económicas como antes se usaron bombas en las guerras para atacar a las personas, lamentó.
Trump declaró una guerra económica total contra Venezuela y sus nuevas medidas atacan directamente a los civiles, ya se les olvidó aquel tema humanitario, observó Moncada.
Le dicen a todo el mundo ‘no toquen nada que tenga que ver con Venezuela’ y amenazan con represalias, aseveró el embajador, mientras tanto, los venezolanos están afectados por las suspensiones de sus cuentas bancarias en el exterior.
Esto es una masiva violación de los derechos humanos, enfatizó, las autoridades estadounidenses quieren crear una hambruna en Venezuela, y eso es un gran crimen.
La ONU hasta ahora insiste en la necesidad de priorizar el tema de la ayuda humanitaria, en el cual trabajan sus agencias en el terreno.
Pero, de acuerdo con informaciones divulgadas por el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, resulta bastante escasa la ayuda recaudada desde ONU para su país, lo cual demuestra los dobles raseros existentes cuando se trata el tema de la asistencia.
Hace poco tuve una reunión con el coordinador humanitario de la ONU, Mark Lowcock, y él me dijo que no contaban con los donantes necesarios, y que había muy poco de los 200 y tantos millones de dólares prometidos, expuso.
Dónde quedó entonces esa supuesta preocupación de Estados Unidos con la situación humanitaria en Venezuela, se cuestionó el canciller.
También informó que en estos momentos se trabaja en acciones judiciales dirigidas a recuperar los activos venezolanos en el exterior que fueron robados por el Gobierno norteamericano.
Ya se robaron a Citgo (la empresa venezolana refinadora de petróleo y comercializadora de gasolina, lubricantes y petroquímicos en Estados Unidos), ya se robaron nuestras cuentas en bancos de Estados Unidos, se robaron nuestra sede diplomática en Washington, recalcó.
Debido a la incapacidad de utilizar nuestro dinero y realizar transacciones con entidades extranjeras, la compra de medicamentos y productos de primera necesidad se ve imposibilitada, recordó el canciller.
Hay venezolanos que han muerto porque no se pudo obtener a tiempo su tratamiento, hay venezolanos que se han tenido que ir del país porque no consiguen el medicamento que necesitan, lamentó.
Incluso la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, cuyos reportes suelen tener sesgos y posturas parcializadas con respecto a Venezuela, reconoció el tremendo impacto negativo de las sanciones. Según la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, las acciones coercitivas de Washington tendrán implicaciones mayores en los derechos a la salud y a la alimentación.
Con las nuevas sanciones me preocupa que las compañías e instituciones financieras puedan preferir ser cautelosas y detener completamente las transacciones relacionadas con el Gobierno de Caracas, dijo.
La mayoría de las divisas externas en esa nación provienen de las exportaciones de petróleo, muchas de las cuales están relacionadas con el mercado de Estados Unidos, señaló la alta comisionada.
El diálogo, iniciativa que fue cerrando la oposiciã’n
El secretario general de la ONU, António Guterres, también insiste en la necesidad de un diálogo entre las partes, y reiteró su oferta de buenos oficios al respecto.
Caracas apoyaba esta idea y se involucró en varias tentativas para establecer negociaciones, la más reciente con mediación de autoridades noruegas. Sin embargo, el presidente Nicolás Maduro descartó la posibilidad de continuar el diálogo político con facciones de la oposición, porque estas solo siguen las demandas de la Casa Blanca.
El jefe de Estado aseguró que solo sostendrán negociaciones permanentes con los diversos sectores políticos, económicos, sociales y culturales en pos de arribar a acuerdos para el beneficio de la ciudadanía.
Desde los inicios del proceso de conversaciones entre venezolanos, desarrollado en Noruega y Barbados con el auspicio de las autoridades de Oslo, Washington ha formado una vocería y afirma con insistencia que el objeto de la mediación debe ser solo para que Maduro renuncie.
Además, denunció el mandatario venezolano, los intercambios en Barbados involucraban a organizaciones opositoras de la extrema derecha que apelaron a intentos de magnicidio, conatos golpistas y llamadas a la invasión militar extranjera para provocar un cambio de régimen por vías inconstitucionales.
Por el momento, con ellos al parecer no se podrán concertar acuerdos racionales para la estabilidad nacional, aseveró.
El Gobierno de Caracas siempre abogó por una salida negociada para dirimir las diferencias y establecer condiciones de convivencia política, pero ‘las acciones hipócritas de la derecha extrema conllevaron a tomar una posición de dignidad’, subrayó Maduro.
Por ello, repudió la postura entreguista de esos sectores que ‘salieron a hacer fiesta’ tras la decisión de Trump de establecer un bloqueo total a los bienes y activos venezolanos en territorio estadounidense: ‘en esas condiciones no puede haber diálogo’.
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