DAKAR, Senegal (AP) — El Museo de las Civilizaciones Negras en Senegal abrió este mes en medio de una conversación global sobre la propiedad y el legado del arte africano. El ministro de Cultura de la nación de África quiere que miles de piezas de su valiosa herencia saqueadas a lo largo de los siglos vuelvan a casa.
“Es completamente lógico que los africanos deben recibir de vuelta sus obras de arte”, dijo Abdou Latif Coulibaly a The Associated Press. “Estas obras fueron sacadas en condiciones que quizás fueron legítimas en ese entonces pero que ahora son ilegítimas”.
El mes pasado, un reporte encargado por el presidente francés Emmanuel Macron recomendó que los museos de Francia devuelvan obras tomadas sin consentimiento, si los países africanos lo solicitan. Macron ha enfatizado los “innegables crímenes de la colonización europea” y ha dicho: “No puedo aceptar que una gran parte de la herencia africana esté en Francia”.
El nuevo museo en Dakar es la señal más reciente de que espacios de acogida se están preparando a lo largo del continente.
El museo, enfocado en África y la diáspora, llevó décadas de trabajo. La idea fue concebida cuando el primer presidente de Senegal, el aclamado poeta Leopold Sedar Senghor, presentó el Festival Mundial del Arte Negro en 1966.
Durante la vibrante inauguración del museo, escultores de Los Ángeles, cantantes de Camerún y profesores de Europa y las Américas vivieron a celebrar, algunos con lágrimas. “Este momento es histórico”, dijo el presidente senegalés Macky Sall. “Es parte de la continuidad de la historia”.
Quizás como un reflejo de la poca posesión que las naciones africanas tienen de objetos de su propio legado, el museo no albergará una colección permanente. Llenar la estructura circular de 13.750 metros cuadrados (148.000 pies cuadrados), una de las más grandes de su tipo en el continente, es complicado por el hecho de que incontables artefactos están dispersados por el mundo.
Tanto la exhibición inaugural, “Civilizaciones africanas: creación continua de humanidad”, como el curador del museo ven mucho más allá de los recientes siglos de colonización y agitación. Obras actuales resaltan el continente como la “cuna de la civilización” y los ecos hallados entre millones de personas en la diáspora de hoy.
″¿Colonización? Eso son solo dos siglos”, dijo el curador Hamady Bocoum a la AP mencionando que las pruebas de la civilización africana datan de por lo menos 7.000 años, en referencia a un cráneo descubierto en la actual Chad.
Como otros, Bocoum está deseoso de ver artefactos volver a casa por siempre. La exhibición incluye 50 piezas en préstamo de Francia, más de una docena de ellas del museo Quai Branly en París.
Más de 5.000 piezas en el Quai Branly provienen tan solo de Senegal, señaló Bocoum.
“Cuando vemos el inventario de los objetos senegaleses que se encuentran en Francia, vamos a pedir ciertos de esos objetos”, dijo Bocoum. “De momento no hemos empezado las negociaciones”.
Restó importancia a preocupaciones de que instituciones africanas no sean capaces de cuidar de su propia herencia, apuntando el espacio de almacenamiento humidificado y acondicionado del museo.
La historia de algunos de los objetos en la muestra inaugural es nefasta. Apuntando el sable de El Hadj Umar Tall, un pensador del África Occidental del siglo XIX que luchó contra el colonialismo francés, Bocoum describió cómo las tropas francesas robaron a las mujeres locales elaboradas joyas cortándoles las orejas.
Obras contemporáneas en la exhibición tocan tanto el triunfo como la tragedia. Hay fotografías en blanco y negro de clubes nocturnos africanos en los años 60 tomadas por el renombrado fotógrafo maliense Malick Sidibe, y un crudo mural del artista haitiano Philippe Dodard que representa las religiones africanas y el pasaje medio.
Obras de Yrneh Gabon Brown, con sede en Los Ángeles, referencian la esclavitud y las relaciones raciales contemporáneas en Estados Unidos.
“A veces me siento como un niño sin madre”, dijo Brown a la AP. “Y aquí, como miembro de la diáspora de África de habla inglesa, estoy orgulloso, reafirmado”.
Francia, cuyo presidente en semanas recientes prometió devolver 26 obras a Benin, es solo uno de muchos países que ofreció piezas en préstamo para la primera muestra del museo. Bocoum ahora está trabajando con docenas de instituciones alrededor del mundo para planificar futuras exposiciones.
“Este museo está celebrando la resiliencia de la gente negra”, dijo a la AP la profesora Linda Carty, quien enseña estudios afroamericanos en la Universidad de Syracuse, durante la inauguración. “Este es un reconocimiento forzada de cuánto le ha dado al mundo la gente negra. Fuimos los primeros. Eso nos lo han robado y ahora lo estamos reclamando”.
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