Los sindicatos más grandes de Argentina lanzaron hoy uno de sus desafíos más feroces al gobierno fundamentalista de libre mercado del presidente Javier Milei con una huelga general masiva.
Las huelgas provocaron la cancelación de cientos de vuelos y paralizaron líneas clave de autobús, ferrocarril y metro. Las principales avenidas y calles, así como las principales terminales de transporte, quedaron inquietantemente vacías.
La huelga de 24 horas contra la polémica agenda de austeridad y desregulación de Milei amenazó con paralizar a la nación de 46 millones de habitantes mientras bancos, empresas y agencias estatales cerraban en protesta.
La mayoría de los profesores no podían asistir a la escuela y los padres mantenían a sus hijos en casa. Los recolectores de basura abandonaron sus trabajos, al igual que los trabajadores de la salud, excepto en A&Es.
El gobierno dijo que las interrupciones en el servicio de transporte impedirían que 6,6 millones de personas pudieran llegar a trabajar. Esto fue evidente durante la hora pico de la mañana de hoy, ya que se podían ver pocos automóviles en las calles normalmente congestionadas por el tráfico. La basura ya se amontonaba en las aceras desiertas.
La CGT, la federación sindical más grande del país, dijo que estaba organizando la huelga junto con otros sindicatos laborales “en defensa de la democracia, los derechos laborales y un salario digno”.
Los poderosos sindicatos de Argentina, respaldados por partidos peronistas de izquierda que han dominado la política nacional durante décadas, han liderado la reacción contra las políticas de Milei en las calles y en los tribunales durante los últimos meses.
“Estamos ante un gobierno que promueve la eliminación de derechos laborales y sociales”, dijeron los sindicatos.
El gobierno minimizó la interrupción calificándola de una estratagema cínica de sus oponentes políticos de izquierda.
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