BUENOS AIRES — A los pies de la pirámide emplazada en la Plaza de Mayo, testigo de tantas luchas en Argentina, el expresidente boliviano Evo Morales acompañó hoy la marcha dos mil 176 de esas madres que siguen pidiendo justicia por los desaparecidos de la última dictadura militar (1976-1983).
Con whipalas multiplicadas junto a las banderas de Argentina y Bolivia, y al grito de una sola Patria Grande, residentes de esa nación hermana en Buenos Aires, organizaciones sociales y ciudadanos del común se juntaron para ofrecerle su amor, solidaridad y abrazo a Morales, víctima de un golpe de estado el 10 de noviembre pasado.
“Evo no está solo carajo”, gritaba la muchedumbre cuando vio entrar a la Plaza al líder indígena quien, si apenas lugar para avanzar ante tanta gente, se unió a la ronda de las longevas Madres de Plaza de Mayo y otras organizaciones derechos humanos.
“Mi respeto y admiración a las Madres, es un orgullo y emoción estar aquí con estas grandes defensoras de la vida y la democracia”, sostuvo Evo, tras añadir a los presentes que grupos racistas y fascistas con violencia terminaron con el proceso de cambio que había emprendido Bolivia bajo su gobierno.
“Hoy”, dijo, “nos encontramos en Argentina y agradecemos a este pueblo solidario y a todos los hermanos que luchamos por la Patria Grande”.
Por su parte la gran referente de los derechos humanos y presidenta de las Madres, Hebe de Bonafini, resaltó que Bolivia esta sufriendo, hay personas que no aparecen, asesinadas, compañeros que no son atendidos en los hospitales. Ese golpe maldito de Estados Unidos al pueblo boliviano nos lo hicieron también a nosotros, no importa que sea Bolivia porque esa nación es nuestra patria también, señaló.
Bonafini recordó que los hijos de las Madres dieron su vida también por una patria latinoamericana libre. Evo casi la pierde en su país por esa patria, sostuvo tras agregar que por eso ellas están en esa Plaza cada jueves desde hace más de cuarenta años, llueva, truene, sea navidad, porque “esta es la plaza de latinoamericana, no solo de las Madres, es de todos los pueblos”.
Asimismo subrayó que en ese lugar se respira el espíritu de los desaparecidos y por ello Evo estaba presente hoy, para que no siga habiendo desaparecidos, para luchar.
Con Bolivia no pasarán, exclamó Hebe de Bonafini mientras ondeaban en la Plaza las banderas y los cánticos en apoyo a Evo retumbaban.
“Yo solo quiero que regrese a mi país porque el le hizo mucho bien a mi gente”, subrayó a Prensa Latina una boliviana residente en Argentina, con su hija en brazos, quien expresó su pesar por la terrible situación que están viviendo los suyos tras el golpe de Estado.
Por Maylín Vidal
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